Libros


«Gotas cosidas en el aire" 
de Marisa Vaquero

«Gotas cosidas en al aire» es el cuarto libro que la poeta Marisa Vaquero publica bajo el formato de un sello editorial. En esta ocasión, Huerga&Fierro ha presentando como novedad en la pasada Feria del Libro de Madrid este poemario que se caracteriza por la gran fuerza lírica que se desprende de cada uno de los poemas que componen el volumen.

En plena madurez literaria, la autora de «Gotas cosidas en el aire» se conjura con el lenguaje poético para desnudar sus sentimientos más íntimos, sobre todo los provocados por la ausencia de sus seres más queridos.

Poemas de versos cortos, suaves unas veces, muy duros otras, y contundentes siempre, desde el punto de vista formal destaca el cuidado de la autora a la hora de mantener el ritmo poético, verdadero responsable para que el poema sea tal y no una sucesión de frases partidas y sin cadencia redactadas con una forzada intencionalidad estética. En este caso, además del cuidado del ritmo, los versos manan naturales, no necesitan estar revestidos de esos ropajes literarios que pueden convertir al poema en algo inaccesible y ajeno a quien los lee. Marisa Vaquero se acerca al lector para contarle su estado de ánimo, le muestra pinceladas de la existencia que le ha tocado, esos días que pasan... cargados de cotidianeidad, de sueños que fueron, de paisajes nuevos y de tránsitos. Pero el libro no se queda en un ejercicio íntimo y ajeno al resto del mundo, logra proyectarse al ámbito del universo literario: las piezas que componen el poemario toman vida propia, permitiendo al lector identificarse con ellas, sentir su belleza y aportación literaria.

En lo que al prólogo de «Gotas cosidas en el aire» respecta, éste ha corrido a cargo de la periodista Ana Roldán. Asimismo, Mariano García  se ha encargado del texto de introducción de la segunda parte del libro.

LA AUTORA

Marisa Vaquero comenzó su andadura literaria con el libro «Jardines de Piedra», que obtendría el primer premio Ciudad de Leganés en 1988; le seguirían «Chien Loup» (1994) y «Poemas de Falda negra» (2004). Fue incluida en la antología «El poeta en su ciudad» (1991). También es autora de «Los bodoques del tiempo» (2008), un poemario ilustrado por la propia autora, que autopublicaría de forma artesanal, encargándose ella también de las tareas de impresión, cosido y encuadernación.

Fue cofundadora del colectivo Leopoldo María Panero, participando en la elaboración del libro «Los ojos de la escalera», ensayo donde varios autores rea­lizan un estudio sobre la vida y obra de este reconocido poeta de las letras españolas. La autora de «Gotas cosidas en el aire» ha tenido la oportunidad de firmar junto aL.M. Panero en la última Feria del Libro de Madrid.



libros anteriormente recomendados


«La Constitución española en Martínez Marina: ¿Reforma o ruptura?»
de Diego Mirallas Jiménez

Coincidiendo con el segundo centenario de la Constitución de 1812, Diego Mirallas Jiménez ha publicado un ensayo que analiza la obra que sobre esa Carta Magna elaboró el historiador Francisco Martínez Marina (1754-1833), en la que éste interpreta los principios sobre los que se sustentaba entonces la forma de gobernar la nación: Marina defendía, ante la popularmente llamada «Pepa», la existencia previa de una constitución tradicional apropiada a los usos y costumbres de España, es decir que  sólo era una reforma o adaptación de la constitución histórica, en la que se encontraban sus fuentes.

Pues bien, el autor de este libro pretende mostrar que, estudiada analíticamente, la obra de Martínez Marina «no solo no convence en tal reforma ni, mucho menos, continuidad legislativa. Antes bien, a la luz literal de las propias fuentes que cita, supone una genuina demostración de la ruptura sobre la que, hasta 1834, fue la efectiva constitución tradicional española. De otra parte, como la existencia de ésta se niega en el constitucionalismo contemporáneo, también se pretende atender no sólo su secular vigencia, sino los grandes pilares y objetivos que mantuvo desde los tiempos visigóticos hasta la Guerra de la Independencia, a saber: la incólume defensa de la fe católica, el fuerismo pactista sobre el territorio y el tuétano monárquico de soberanía traslativa».
Se trata de un intenso ensayo que invita al lector a la reflexión, a desentrañar desde un punto de vista objetivo el busilis de aquel momento de la Historia de España y de cómo fue interpretado por sus protagonistas y de cómo nos ha podido llegar hasta hoy.

Con el acercamiento al historiador Martínez Marina, dos siglos después Diego Mirallas intenta arrojar luz sobre aquello que para el lector no especializado o el ciudadano de a pie le puede parecer tedioso y tienda, por ello, a rechazarlo y, por lo tanto, al desconocimiento real de la Historia, es decir a conocer mejor el conjunto de los sucesos o hechos políticos, sociales, religiosos, económicos y culturales de una nación. Se convierte, pues, este libro en una gran lección de Historia de España, ya que lo que intenta es hacernos comprender la base sobre la que se sustentan los pilares de «nuestro» territorio.


SOBRE EL AUTOR

Diego Mirallas Jiménez (1964) es licenciado en Derecho y en Geografía e Historia. Abogado ejerciente, profesor en el instituto de bachillerato Puig Adam de Getafe, es autor de la «Bayarque. Historia, geografía y etnologías comentadas» (Almería, 2010). Asimismo, es colaborador habitual de la revista Ahora Información, y asesor jurídico de la prestigiosa revista literaria Cuadernos del Matemático.
 
«La Constitución Española en Martínez Marina: ¿Reforma o ruptura?»
Diego Mirallas Jiménez
Editorial Tradere. 2012






Getafe, Capital del Sur.
Crónica de un viaje al ayer,
de Juan Manuel Alcalá Perálvarez

"Getafe, Capital del Sur. Crónica de un viaje al ayer" es el nuevo libro de Juan Manuel Alcalá Perálvarez (EMS. Travesía de los libros. 2012) en el que se combinan temas de actualidad  "con puertas de acceso a un pasado en el que la ciudad de Getafe es protagonista directa e indirecta en las andanzas de los diferentes actores".

Bellas, épicas y trágicas historias relacionadas con este pueblo sin salida al mar. Por las páginas de este libro dejan su estela impresionantes navíos, fragatas y destructores, de fatal destino, barcos de epopeya, que aunque nunca navegaron por estos lugares nos dejaron un rosario de personajes, el aroma de la poesía de sus viejas maderas y la belleza de sus velas al viento; ilustradores famosos, influyentes escritores, bizarros militares, polifacéticos artistas, buenos y malos políticos, corruptelas, hechos y estampas inéditas hasta ahora o poco conocidas, relegadas de la memoria histórica de Getafe.

Además de los artículos relacionados con el presente y el pasado más reciente de Getafe, aquí se puede citar el lector con el heroico y desconocido General Palacio, con el abuelo del alcalde Juan Soler-Espiauba, con los famosos ilustradores Vicente Urrabieta y su hijo el getafense Daniel Vierge, con el poeta e Intendente de la Armada, Ignacio Negrín, con un artista singular y visionario como Filiberto Montagud, con Silverio Lanza, marino frustrado y cuentista comprometido que ancló su vida en Getafe, en una casa que "parecía un barco", lejos de la alargada sombra de su hermano Narciso Amorós, intendente General del Ejército y prolífico escritor. Todos ellos son parte de esta Crónica de un viaje al ayer.

La edición en papel se vende en las librerías de Getafe (12,48 euros). También está disponible una edición digital para lectores electrónicos Kindle (2,68 euros). En septiembre estará disponibles en versiones PDF y ePUB para tabletas y otros lectores.

El libro cuenta en su prefacio con sendos prólogos de Miguel Ángel Gasco y de Mariano García, además de un pequeño exordio o justificación del propio autor, Juan Manuel Alcalá Perálvarez. A continuación, se reproduce el texto correspondiente a Mariano García:

Mastelerillo de Juanete

¿Cuál es la razón de que a tantas millas tierra adentro, en un pueblo sin tradición marinera, a muchos nos siga fascinando la belleza de los barcos veleros? ¿Por qué nos quedamos hipnotizados ante las estampas de esas complicadas construcciones de la vieja Armada, que desafiaban la bravura de los vientos y la mar? No lo sé: será la Historia, los conceptos de la estética aplicados a la ingeniería naval, o será, en este caso que se me invita a redactar la introducción de este libro, la necesidad de encontrar la metáfora adecuada que me guíe para decir al lector que se halla ante un volumen cargado de crónicas que son más que testimonios, más que artículos recopilados en papel de un blog digital que navega en el ancho mar de Internet. Imaginemos que un libro, éste, es un gran velero y que su autor ha preferido, como el Ismael de Moby Dick, rechazar la comodidad del castillo de proa y colocarse en el mastelero de gavia y desde esa altura, nunca cómoda, pero sí lugar privilegiado, otear y descubrir lo que otros no ven o no han querido ver, y luego narrar un episodio de la realidad de ese mundo que le rodea, a veces tan inhóspito, otras tan amable, ofreciendo su punto de vista desde un estilo que lo hace original y diferente. Llamémosle velero.

En el recorrido de los años 2009 a 2012, Juan Manuel Alcalá Perálva­rez habla de Getafe, escribe sobre esta ciudad del siglo XXI orillada a Madrid, sobre este pueblo sin puerto que, como cualquier otro lugar del mundo, «disfruta» o «soporta» a sus «mas­caro­nes», no precisamente esas figuras colocadas en lo más alto del tajamar de los barcos, sino de otras que pululan en popa, en estribor y en babor.
Este libro es el resultado de la necesidad de contar lo que sucede en nuestra sociedad, que bulle con las mismas pasiones que hace diez, treinta, cincuenta años, hace un siglo, que movía a las personas a actuar como actuaban, a ser como eran: la ambición, el poder, la necedad, el altruismo, la megalomanía, la honestidad, la falsedad, el respeto, la ceguera, o el desprecio. Todo sigue igual en el siglo XXI. Descubriremos perfectamente alineados en las vergas del velero –como si se tratara de pájaros posados en los cables del tendido eléctrico– a una corte de personas y personajes donde la paciencia de la lectura será la lupa que nos acerque a ellos, pudiendo perfectamente descubrir hasta los rasgos más peculiares y pintorescos de sus personalidades, donde conoceremos lo más «exquisito» de sus flaquezas y generosidades.

Este libro, como todos los textos publicados por Juan Manuel Alcalá Perálvarez, es una crónica agridulce, un testimonio de la verdad, pero es una necesidad cultural. La Cultura. Y es aquí por donde deberíamos haber empezado esta introducción: la Cultura. Hablar de ella es difícil, pero cada uno de nosotros la justificamos desde nuestra percepción, a unos y a otros nos conmueve de forma diferente, la sentimos y la sufrimos a nuestra manera, y todos echamos nuestro ancla personal en las aguas mansas que creemos que son las que mejor nos guarecen.
Desde mi postura, e influenciado por la relación que guardo con el autor de este libro, he de remontarme a más de treinta años en el tiempo, a los primeros ochenta, y traer al lector la imagen de algo que me provoca un placer especial y que, volcada toda mi sinceridad en el recuerdo, influyó en mi vida, en mi concepción de la misma y contribuyó a ordenar y aumentar mis conocimientos.
Se mantiene frente a la universidad Carlos III –flamante centro educativo que se levanta sobre los solares del antiguo cuartel de Artillería– un vestigio cultural que considero oportuno sacarlo a relucir en estas páginas: el rótulo de la librería Silverio Lanza, después de tantos años cerrada, aún permanece en su sitio, perfectamente conservado, sujeto en la fachada de un feo edificio de arquitectura funcional.
Ese rótulo de madera, en el que late el ritmo vital de otra época, se me antoja que es la paradoja perfecta para con estos tiempos que corren, tan digitales, tan esclavos de Internet, tan «post postmodernos»: me parece justo afirmar que la Cultura de hoy sería algo insustancial sin la influencia de los «padres» analógicos. Aquel tableteo de las máquinas de escribir no debe quedar relegado al olvido, porque es el mejor recuerdo sonoro que nos queda de esta evolución necesaria hasta el nuevo pensamiento del siglo XXI, tan condicionado a las poderosísimas nuevas tecnologías.
Ese sonido nos recuerda que Internet no ha inventado la comunicación ni es la única fuente del conocimiento. Pero éste es otro debate. Diremos, por lo tanto, y ajustándonos a la escritura y al tema que nos trae, y sin ahondar en más metafísicas, que si el cuaderno digital hinca sus raíces en aquellos folios, es obligado reivindicar que no mueran nunca los libros de papel.

La librería Silverio Lanza, abierta en 1980 (por su ubicación se podría considerar que alejada de la zona centro de Getafe), fue para mí un referente importante, ya que tuve la oportunidad de encontrarme con personas que exponían con toda libertad sus puntos de vista humanos e ideológicos; vigías de un mundo nuevo que se abría hacia un futuro incierto, personas hambrientas de conocimientos y de arte, insaciables, soñadoras, críticas, no exentas de dudas, dispuestas a enriquecer la sociedad, aportando frescura e intentando dejar paso franco a nuevas corrientes de ideas y experiencias con el objetivo de cambiar una realidad demasiado caduca o «casposa», que no era otra que la que en esos momentos nos tocaba vivir. Aquí se estableció uno de los enclaves necesarios de la Cultura de este pueblo, curiosamente alejado de los «estamentos oficiales» o municipales (existían otros, tal vez más numerosos y más ruidosos, por supuesto). Y era sencillísimo: entrabas en la librería y lo primero que descubrías es que no era un simple establecimiento de venta de un producto: salías de allí con tu libro debajo del sobaco, pero te llevabas además algo que no se puede comprar: la embriaguez de la conversación mantenida, las palabras del diálogo en el que tú habías participado y habían sido escuchadas y respetadas, los nuevos conocimientos adquiridos, las también muchas contradicciones en opiniones y discursos, el valor de las ideas...

El libro como objeto material. Amábamos los libros, los cuidábamos en nuestros estantes, no dejábamos que sobre ellos el polvo se acumulara, los deseábamos y los gozábamos, sufríamos… ¿Por qué hablamos en pasado si seguimos haciéndolo también hoy?
«Capital del Sur 2009–2012» es un libro digital y es un libro analógico, digital porque recoge los escritos de estos tres años en el blog que le da nombre en la Red y analógico porque su autor siente la necesidad de volcar todos esos textos de la pantalla al papel, y lograr así el milagro del objeto material que se puede conservar durante siglos o destruir en el instante de una hoguera.

Muchos lectores conocen parte de los contenidos de este libro, reconocido y lleno de fuerza en su contexto digital sin fronteras, no son ajenos a las imágenes que ilustran las jornadas en las que está dividido. Los protagonistas son reales, de carne y hueso: el libro nos habla de sus excesos, de sus complejas o simples personalidades; es crudamente humano. Juan Manuel Alcalá Perálvarez perfila con trazos seguros la historia que escribe: nos vamos a encontrar con un mundo en el que abunda la ironía, en muchos casos descubrimos situaciones que solo pueden ser descritas en forma de caricaturas, vamos a percibir los tufos de las prácticas más mundanas de los codiciosos, y también vamos a sentir el respeto, el calado humano. Vamos a entretenernos y vamos a conocer aquello que por estar tan a la vista no se ve. Es la crónica sincera de un momento y de un lugar.
Regresando al punto en el que hablamos de la necesidad de contar del autor, y volviendo a encaramarnos en el mastelerillo de juanete, no es aventurado ni exagerado decir que este libro es un viaje de la verdad. Y en esa travesía hay algo añadido en este volumen que lo enriquece, entrañablemente analógico: aparecen unos cuantos episodios inéditos hasta ahora, no «subidos» a internet, que son un bocado exquisito para los amantes de las viejas crónicas. El lector se va encontrar de buenas a primeras, en plena era digital, con unos personajes del pasado cuyas vidas perfectamente podrían haber ocupado los estantes de «nuestra» librería Silverio Lanza. Vidas relacionadas con Getafe, de un interés histórico y cultural relevante, mucho más de lo que le pueda parecer al lector en una primera hojeada.

Se trata, pues, de un libro muy literario por el estilo y la forma con que el autor aborda y desarrolla los temas, textos que podrían pasar por ficción si se descontextualizan del ámbito hacia el que están dirigidos y que los lectores de otras latitudes pueden disfrutar por igual. Se van a divertir. Y van a aprender.


SOBRE EL AUTOR:

Juan Manuel Alcalá Perálvarez (1959) nació en la Ribera Alta, aldea de Alcalá la Real, provincia de Jaén. Cursó bachillerato en los Salesianos de Ripoll y en los Escolapios de Getafe. Inicio los estudios de Ciencias Físicas en la Universidad Complutense (Madrid), carrera que dejó en su meridiano por el mundo de la cultura, el periodismo y la litaratura.
Entre los años 1982 y 1984 fue responsable de Casas de Juventud, coordinador de Fiestas y diseñador gráfico del Ayuntamiento de Getafe. Tras esa etapa, empezó a trabajar en prensa local y comarcal; ha sido director de los periódicos Vivir en Getafe, Guía Semana de Getafe, El Eco de Getafe, Diario Zona Sur, El Buzón de Getafe, Getafe Deportivo, Los Hechos de Getafe y Observador. Actualmente es editor de las distintas cabeceras de El Buzón y administrador de varias empresas.
En 1982 publicó, junto a otros autores, el libro "Primeros Cuentos". En 2009 vio la luz el primer volumen de "Getafe Capital del Sur", libro que reunía los artículos aparecidos en www.capitaldelsur.blogspot.com desde el año 2003 a 2008.

Nota.- El texto de la introducción de esta reseña es una reproducción de la información aparecida en el periódico digital elbuzon.es




 "No guardo sentimientos de nostalgia,
45 cartas de Kamikazes"
Edición de Íñigo Guzmán Gárate.

La Asociación Cultural ‘Sietenanos’, con sede en Getafe, ha sacado a luz el libro «No guardo sentimientos de nostalgia, 45 cartas de kamikazes». En su afán de divulgar la lectura y la literatura desde una perspectiva diferente, nos encontramos con un volumen que se sale de los cánones tradicionales en la publicación de libros. Si bien no se puede considerar como una "rareza" editorial, si se puede indentificar como una edición singular, tanto por la temática como por intentar revitalizar lo que se podría considerar un género en "desuso" hoy en día, la epístola.

El escritor Íñigo Guzman Gárate recopila 45 cartas de otros tantos pilotos japoneses que combatieron en la Segunda Guerra Mundial al servicio del ejército nipón en las que dirigen a sus seres queridos sus últimos pensamientos y muestras de afecto, a la espera de recibir la orden para despegar y lanzarse con sus cazas de forma suicida en las aguas del Pacífico Sur contra los buques de guerra enemigos.

Guzmán Gárate se encarga, asimismo, de redactar el prólogo, situando al lector en uno de los grandes escenarios bélicos de la Segunda Guerra Mundial, en el que tanto unos como otros colaboraron en avivar aún más si cabe el infierno de aquel conflicto que desangró al Planeta. Señala el prologuista, haciendo referencia al ejército japonés: "...a finales de 1944, después de una serie de apabullantes victorias, la fuerza naval norteamericana se aprestaba a atacar las islas Filipinas y el Estado Mayor japonés era plenamente consciente de que la invasión de Japón podía estar muy cerca. De nuevo, parecía como si sólo el destino pudiera evitar que el imperio nipón cayera en manos de sus enemigos. En estas dramáticas circunstancias, el vicealmirante Ônishi Takijirô fue autorizado en octubre de 1944 a poner en marcha la operación tokkôtai: un cuerpo especial de combate integrado por pilotos de aeronaves y planeadores, tripulantes de pequeñas embarcaciones y hombres-torpedo, entrenados para burlar los radares enemigos y hundir los colosales portaviones y submarinos norteamericanos. Ônishi y sus partidarios pensaban que el alma japonesa era la única capaz de enfrentarse a la muerte sin vacilar, y en esta acción militar desesperada depositaron sus últimas esperanzas de salvación de la patria".

Con la lectura de estos testimonios, el lector irá descubriendo la psicología y la peculiar personalidad de esos soldados que, orgullosos de su deber y conscientes de su destino, quisieron dejar constancia escrita de sus últimas reflexiones antes de morir de forma tan violenta, pero convencidos de que "el viento divino" (kamikaze) era la salvaguardia de su patria.



"Caligrafía de los sueños",
de Juan Marsé
A mediados de los años 40 del siglo pasado, Ringo era un chaval de unos quince años que se pasaba muchas horas encerrado en el bar de la señora Paquita, leyendo y moviendo los dedos sobre las mesa, como si aun estuviera repasando las lecciones de piano que su familia ya no podía costearle.
Ahí, en esa taberna mal iluminada del barrio de Gracia, el chico supo de la historia de amor entre la señora Mir y el señor Alonso: ella, una mujer entrada en años y en carnes, masajista de profesión, coqueta, ingenua y enamoradiza; él, un cincuentón apuesto que empezó frecuentando a la mujer para curarse de una lesión en el pie y acabó instalándose en su casa. Allí vivían Vicky Mir, su hija Violeta y Alonso, hasta que un domingo por la tarde pasó algo inesperado: el barrio entero vio cómo Vicky se echaba en las vías muertas de un tranvía intentando un suicidio imposible y ridículo, mientras el señor Alonso desaparecía del barrio para no volver. Lo único que quedaba de él era una carta que el hombre prometió escribir y entregar a Paquita para que la hiciera llegar a su destinataria, y alrededor de esta misteriosa carta se mueve la historia que el narrador va desvelando de a poco. Antes de saber qué contenía la carta y a quién iba dirigida, seguiremos los pasos de Ringo y de su familia: hijo adoptado de un padre comprometido con la lucha antifranquista y de una madre cariñosa y fuerte, que intenta suplir como puede las carencias económicas trabajando día y noche, el chico es aprendiz en un taller de orfebrería hasta que un feo accidente le corta un dedo de la mano. Se esfuma así su sueño de ser un gran pianista, pero crece su imaginación, bien alimentada por los cómics de entonces y las novelas que compra de segunda mano. Después de tanto leer, finalmente llega el momento mágico en que unas primeras palabras, el arranque de lo que sería su primer relato, quedan fijadas en un cuaderno (http://www.librosnavlan.es/).

Más información sobre el autor de "Caligrafía de los sueños", JUAN MARSÉ:
www.clubcultura.com/clubliteratura/clubescritores/marse/



A cubierto,
de David Hernández de la Fuente

"Un abogado encuentra los informes sobre un asunto penal que causó un enorme escándalo en su día y se decide a publicarlos. Los manuscritos, apuntes y archivos de internet de un antiguo cliente de su despacho arrojan nueva luz sobre el caso que tanto horrorizó a la opinión pública". Lo que precede podría tratarse del resumen de una noticia de las muchas que a diario saltan a los medios de comunicación, pero no, en esta ocasión se trata del contenido de la nueva novela de David Hernández de la Fuente, cuya lectura nos adentra en un mundo alucinante de locura y maldad. La historia de una obsesión y un divorcio, de un castigo y su crimen. ¿Por qué destruir lo que más se ama? ¿Cómo nace la violencia contra las mujeres? "A cubierto" es un viaje delirante a la mente de un psicópata y su locura criminal. Una pesadilla en la que aparecen algunos de los fantasmas de la sociedad actual.

La novela, ganadora del Premio de Narrativa "Valencia 2010", publicada por la editorial Nowtilus, ha entrado por la puerta grande en el difícil -y tantas veces truculento- panorama de las letras españolas actuales, siendo ya muchos con reconocido prestigio en el mundillo literario los que se han hecho eco de esta obra -si bien es preciso recordar que el lector de a pie es siempre el que tiene la última palabra-; uno de estos próceres de la literatura es Luis Alberto de Cuenca, quien nos recuerda que "Como Conrad y Céline, David H. de la Fuente nos conduce en A cubierto al mismísimo corazón de la noche. A través de un estilo penetrante y personalísimo, A cubierto indaga en el viaje sin retorno a la locura". No menos alentadoras son las palabras del novelista Ernesto Pérez Zúñiga, autor de Santo Diablo (Kailas, 2004. Puzzle, 2005), asegurando que "en estos inquietantes días, en esta novela, Lovecraft se ha convertido en Lovechat”.

David Hernández de la Fuente es profesor de Estudios Clásicos en la Universidad Carlos III de Madrid, destacando como traductor de literatura clásica y autor de narrativa. Ha publicado ensayos ("Lovecraft. Una mitología", "Oráculos griegos", "Mitología", "De Galatea a Barbie: Autómatas, robots y otras figuras de la construcción femenina"), libros de relatos ("Las puertas del sueño", VIII Premio de Narrativa Joven de la Comunidad de Madrid) y novelas ("Continental"). Sus relatos han visto la luz en diversas revistas (Cuadernos del Matemático, Barcelona Review, El Rapto de Europa, La Mancha...) antologías y libros colectivos (Inmenso estrecho. cuentos sobre inmigración, Tropheia, etc.).
http://www.davidhdelafuente.com/